Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna?, le preguntó el joven a Jesús (dicen que era rico) y no era tonto, no sólo queria vida sino que esta fuera eterna, muchas veces cuando estamos tristes o estresados exclamamos: ¡esto no es vida! y es verdad... donde la angustia y el dolor tienen el poder de aplastarnos no se vive, eso no es vida.
Pero este joven si vivía, era bueno, y Jesús le dice: cumple los mandamientos y él le contesta desde niño los vengo cumpliendo y Jesús lo miró y lo amó, tenía delante de sí un joven feliz. Pero un joven especial... que quería que esta felicidad fuera eterna... ¿de qué le vale al hombre ganar el mundo entero si no gana la vida eterna?...
Solo te falta una cosa y tu felicidad estará garantizada por toda la eternidad, deja todo lo que tienes dalo alos pobres y sígueme... yo soy la Vida.
Ya sabemos el poder que tienen las riquezas y no solo las materiales también las personales aquellas que no compartimos con nadie, nuestro tiempo, nuestra bondad, nuestra inteligencia, nuestra sonrisa, nuestra fortaleza, muchas veces pensamos que es mucho el sacrificio y bajando los ojos nos retiramos es muy caro el precio de la Felicidad eterna, de la Vida eterna, de la Santidad.
Tan caro que preferimos quedarnos simplemente en buenos, pero ánimo Dios tiene más fe en nosotros que nosotros mismos y lo que no podemos solos, lo podemos con él.
Luis Pastor
